Javire Barraycoa, un dels principals impulsors de Societat Civil Catalana (SCC) i conegut ultradretà de perfil carlí, fa aquesta afirmació a l'entrevista que recull el digital catolicista adelantelafe.com, amb el títol "Javier Barraycoa analiza el escándalo del clero separatista."

Barraycoa, Cap d'estudis de la Universitat Abat Oliba, del Departament de Ciències Polítiques, fa aquesta afirmació que enllaça amb les teories antisemites, antimaçòniques i conspiratòries del franquisme, de les quals en fou teoritzador Joan Tusquets Terrats, confessor personal del dictador Francisco Franco i creador de la xarxa de delació i persecució del republicans, acusats de maçons, centenars dels quals van morir afusellats al Camp de la Bota. 

L'entrevista ha estat difosa pel bloc ultra Dolça Catalunya, continuador dels postulas espanyolistes del tradicionalisme carlí del grup terrorista i parapolicial Milicia Catalana (que va atemptar contra clíniques acusades de realitzar avortaments, descoteques d'ambient gai i locals independentistes). 

Barraycoa insisteix, a més a més, des de d'una òptica racista habitual en aquests medis, a vincular el nacionalisme català amb l'islam, "un aliado natural, contra todo lo que pueda representar una tradición hispana y católica de Cataluña."

Per justificar aquesta teoria conspiratòria Barraycoa afirma:

"El catalanismo, en cuanto que nacionalismo, es en sí mismo una idolatría. El magisterio de la Iglesia -contra lo que pueda parecer- ha condenado repetidas veces el nacionalismo en cuanto que “la “exaltación del propio pueblo”. El nacionalismo es un amor desordenado a lo propio que se sublima para convertirse en una causa, que está incluso por encima de la religión. Por eso el nacionalismo es lo opuesto al patriotismo, que queda comprendido en la sana virtud de la “piedad” que depende de la virtud cardinal de la Justicia."

(...)

Varias cosas si se me permite. En primer lugar el nacionalismo es un sustituto de la religión, pero es un fenómeno muy complejo y no se puede banalizar con estereotipos. En segundo lugar al nacionalismo no se le combate con otras formas de nacionalismo. En tercer lugar, la esencia del nacionalismo es el liberalismo, pues afirma que lo religioso -como mucho- se puede permitir si está al servicio de lo político. Cuarto, el nacionalismo es un instrumento de la revolución y siempre dará lugar a procesos revolucionarios anticlericales. Y quinto, como ninguna sociedad puede sobrevivir sin una religión, el espíritu revolucionario y anticlerical, con el tiempo dejará paso a otra religión. Esta religión, en Cataluña, será el islam. El nacionalismo tanto conservador como revolucionario ve en él un aliado natural, contra todo lo que pueda representar una tradición hispana y católica de Cataluña. Por último, parafraseando a Torras y Bages: “Cataluña será cristiana o musulmana”.