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“Las putas de la CUP”: Resposta a l’article “El sentit cupaire del terme”

Resposta a l’article “El sentit cupaire del terme.” Vilaweb.cat 27/01/2016

30/01/2016 Àngel Soro
Àngel Soro, advocat, cantautor i activista cultural de les Terres de Ponent Àngel Soro, advocat, cantautor i activista cultural de les Terres de Ponent

Después de tantos años intentando dignificar la lengua de Pedrolo y de Marçal en los a veces territorios hostiles del oeste, creo que voy a permitirme el lujo de escribir en castellano, por aquello que haces de regalar la lengua de Lorca a Ciudadanos y por tu aplauso manipulador del aranés en el Parlament, guinda de gracia de tu escrito, que no evita el olor sistemáticamente instalado en tus palabras.

Si salieras de la burbuja pseudo-burguesa en la que te han o te has metido, sabrías que las representantes de los partidos políticos, como las mujeres en la generalidad de la calle y de la vida cotidiana, son objeto de burla, ataque, crítica y hastío por parte de muchos hombres y también de muchas mujeres, no por el hecho de ser de otro partido o de ser de otro equipo de futbol o cualquiera que sea el motivo que “argumenta” la base de la burla o del ataque, sino por su condición de mujeres.

Como transgresora contradictoria y un tanto bruja mala intentaré ponerte un ejemplo comprensible. Inés Arrimadas se quejó hace poco de que se había hecho burla de su persona, diciendo que ella no tenia personalidad y que era solo una especie de loro que repetía lo que le decía Don Rivera. Ella quería reducir esa crítica al hecho de que ella fuera mujer y el hombre. Y aunque todos sabemos que ambos han asistido a la misma escuela de postureo y de dicción, nos sembró, en un giro malévolamente inteligente, la duda de si el hecho en sí era machista o no. Para mí no lo seria en sí mismo, sino fuera porque no veo esa burla y esa crítica en la sucesión Mas-Puigdemont, Carod-Junqueras, Fernandez-Baños, Camacho-Álbiol… Casualmente solo se ha dado de una manera global en el caso de la llamada Barbie Arrimadas, calificativo que creo que no hace falta ni comentar y que las redes se han encargado de extender sin ningún freno.

Las putas gordas malfolladas de la CUP (que es como se han presentado ellas para poner sobre la mesa la cantidad de insultos que reciben, personales, repito personales) son unas chicas con sus virtudes y defectos como el resto de seres humanos, seguramente ni esas virtudes ni defectos los podemos ver a simple vista.

Un artículo que mezcla masturbación dialéctica de género con críticas acerca de dicción de una profesora y que pretende parecer objetivo con un aplauso a una de ellas por hablar aranés no es digno de los lectores que habitualmente navegan por vilaweb.cat.

 Cuando en internet aparece una foto de una mujer, sea Anna Gabriel, Nuria de Gispert, Ines Arrimadas o Alicia Sanchez Camacho con cualquier insulto mal diseñado en Photoshop y se convierte en viral, con un texto tipo “puta, cerda, traidora, barbie, malfollada, gorda” no da pie a que ningún aspirante a vanguardia intelectual se dedique a buscarle tres pies al gato sobre si cuando se usa el femenino en el lenguaje se puede sufrir esos insultos y  que si son generales…y que como saben que son solo para ellas y no para todos los miembros de su colectivo… mamma mia! Apesta a macho herido rebuscando en el trasfondo de una caja oscura al final de la trastienda oculta del machismo, algún argumento, sea de genero lingüístico o de dicción para golpear por algún sitio, lo que fue un acto impecable, valiente e incluso emotivo.

Y todos estamos expuestos a que si la foto que nos llega (o el texto) no es sobre alguien de nuestro supuesto entorno de confort político, nos riamos mucho y lo compartamos. Pero hay que seguir avanzando, moldeando nuestros cerebros para extirparnos los roles patéticos del patriarcado.

No, así no. Existen mujeres que utilizan también el machismo como arma de doble filo, por supuesto, existen. Pero dejar aflorar burdamente el orgullo de macho gorila cuando unas personas de la calle que han entrado a formar parte de la vida política y pública salen a denunciar que son vejadas y objetivos por su condición de mujeres, eso no.

Son hijas, hermanas o no, parejas o no, madres o no, se puede discrepar políticamente, se puede estar en contra de todo o de nada, pero la apariencia física, su condición de mujeres o su activismo político o social no puede ser objeto de insulto. Y lo peor de todo, objeto de artículo para licuar su denuncia. Yo discrepo políticamente de Inés, de su discurso y de su sueldo sobretodo, pero su talla, su peso o sus actividades sexuales no tienen cabida en la crítica política.

Correr, nadar, reír, pasear por la montaña o tener sexo pueden ser un buen remedio para solucionar cualquier problema de rabia contenida o superar quizás problemas relativos a frustraciones que se hayan podido generar en las complicadas relaciones interpersonales y también de género o de cualquier otra índole.

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